Existen dos clases de economías, la economía especulativa, aquella que
se estructura como tal al servicio de la Plutocracia Internacional y de una
minoría oligárquica nativa, y la economía
comunitaria, aquella que se haya sí y sólo sí al servicio de una Comunidad
Nacional. El primer sistema económico funciona con un Estado oligárquico, con
un Anti-Estado, mientras que en el segundo sistema se desenvuelve un Estado Comunitario
(al decir de Jacques De Mahieu).
¿Por qué es causa de miseria social anclar
la moneda nacional de un país al Dólar? Ese anclaje es lo que comúnmente se denomina
“tipo de cambio”, vale decir, la relación que existe entre el
valor de una moneda local y el de una extranjera, o expresado de otra forma, la
cantidad de dinero que se necesita para comprar una unidad de moneda
extranjera, en este caso el Dólar. Pero en ese anclaje existe una perversa dinámica intrínseca
por la cual la divisa de un país sistemáticamente se devalúa frente a la poderosa
divisa norteamericana (patrón de pago internacional luego de finalizada la
Segunda Guerra Mundial).
¿Y quién fija el tipo
de cambio en este tipo de economía especulativa? En teoría se nos dice
habitualmente que el tipo de cambio es el resultado del equilibrio entre la
demanda y la oferta de divisas. Los que demandan moneda extrajera vendrían a
ser los importadores de mercaderías y servicios, los particulares por ahorro, el
turismo, la especulación y el propio Estado. A su vez, la oferta de divisas la
proveen los exportadores, la entrada de capitales para invertir, el ingreso de
moneda extrajera por parte de particulares y el Estado. En Argentina, el tipo
de cambio fue fijado históricamente por el Banco Central.
¿Qué efecto se
produce entonces si no hay una oferta “óptima” de divisas? ¿Qué ocurre si no
hay entrada de capitales para invertir, si no hay dólares para “ofertar”? Al
romperse el equilibrio entre oferta y demanda entonces se produce una devaluación
de la moneda local. Y los efectos de este perverso sistema de devaluación son
letales: Desaceleración, estancamiento y crisis de la economía, inflación,
precarización laboral y desocupación, pobreza e indigencia.
Esta es la sencilla
razón por la cual el sistema del Patrón-Dólar debe ser urgentemente reemplazado
por un sistema de Patrón-Trabajo. Cortar de raíz el accionar de las
sanguijuelas y parásitos especulativos, léase los grandes banqueros
internacionales que son los que se benefician pura y exclusivamente con este
sistema a costa de la pauperización y degradación de todo un Pueblo.
Para el actual sistema capitalista del
Patrón-Dólar es el Capital el que produce la riqueza, mientras que para el
sistema nacionalista del Patrón-Trabajo es pura y exclusivamente el Trabajo el
que produce la riqueza, cada uno de los miembros de una Comunidad Nacional que
tiene la capacidad de crear algo en beneficio del Pueblo. De esta manera el
sistema capital-socialista del Patrón-Trabajo sólo emite moneda para pagar un
trabajo realizado.
¿En qué estaría respaldada la moneda de
un país bajo este sistema? Simplemente bajo el trabajo productivo y la riqueza
real de la Nación, y no, como en el actual sistema económico que nos rige, por una
moneda extranjera y en base a la falacia de la "la confianza de los
mercados". La masa monetaria de un país debe ser exactamente igual a la
riqueza real y tangible de dicho país y no que haya más dinero o menos dinero
que bienes y servicios disponibles. Si el Estado lleva adelante una política de
creación de dinero primero debe crear riqueza.
Entonces, bajo una economía netamente
capitalista se crea dinero para “financiar” obras, mientras que en una economía
netamente capital-socialista primero se pone el acento en trabajar en las
obras, y al existir ese trabajo físico y real entonces se emite dinero en la
medida que la obra de trabajo queda terminada, dinero emitido cuyo fin
excluyente es pagar al trabajador.
Por consiguiente, mientras en los países
capitalistas si no hay dinero no hay trabajo, bajo un sistema
capital-socialista de Patrón-Trabajo si no hay dinero de antemano no importa,
porque la mirada se puntualiza en la voluntad de generar riqueza desde lo productivo
(funcionamiento de fábricas), y por ende el dinero aparece y es emitido
(retribución económica por el trabajo realizado). Bajo este segundo sistema
económico el control de la emisión de la moneda lo lleva adelante el Estado y
no los banqueros, no el “mercado”. O sea, la masa monetaria circulante aumenta
conforme al valor real de una obra realizada.
El dinero no tiene valor por sí mismo,
sólo es un bono por trabajo efectuado, una mera herramienta para facilitar el
intercambio de trabajo, bienes y servicios. Nadie puede ponerse a crear dinero si
el mismo no representa operaciones comerciales susceptibles de ser realizadas o
si no representa una riqueza real creada. Por eso el Patrón-Trabajo es el modo
más eficaz de saltarse los mecanismos de aquellos que emplean la emisión de
dinero como una herramienta de dominación especulativa.
Si el Estado crea dinero para pagar a
un trabajador que produce algo el aumento de la masa monetaria no tiene por qué
repercutir en un aumento de la inflación ya que también se han aumentado en la
misma medida los bienes disponibles producidos. Mientras el dinero esté
respaldado por un activo tangible no puede existir nunca esa aberración
económica llamada inflación, aberración típica
de las economías plutocráticas capitalistas.
Esta es la razón por la cual el
capitalismo se llama así, porque sin capital no se puede empezar ninguna
actividad económica. Es decir, en su ideología de base el dinero es la medida
de todas las cosas, está por encima de todo. Lo mismo ocurre con el enfoque
teórico del marxismo que postula que por más que existan los factores
productivos de la tierra y de la mano de obra si no existe el otro componente
esencial (en su visión) que es el capital (dinero) entonces ocurre lo mismo, la
actividad productiva no se lleva adelante. No por nada tanto el capitalismo
como el marxismo son dos caras de una misma moneda: El Poder Mundial del Dinero.
Por todo lo señalado, el sistema
nacionalista del Patrón-Trabajo es vital para llevar adelante la felicidad del
Pueblo y la grandeza de la Patria. Debemos comprender que es sólo el Trabajo el
que puede crear riqueza, y si esto finalmente ocurre entonces se termina para
siempre la avaricia de los grandes banqueros internacionales que esclavizan a
los Pueblos con el sistema del Patrón-Dólar.
Darío Coria, Secretario de Educación y Cultura del Partido Bandera
Vecinal. Conductor del programa radial partidario "Estirpe Nacional".
13-07-2018
Excelente!
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